Antioxidantes para la piel

gracias Alicia J. por todo el material cedido para los artículos sobre involución cutánea y lo nuevo en cosmecéutica.

El proceso biológico de envejecimiento está asociado al estrés oxidativo, proceso sobre el cual ya hemos hablado en el artículo sobre radicales libres (RL). Nuestro organismo posee un mecanismo de defensa frente a esta oxidación que se conoce como Sistema Antioxidante. Las vitaminas y los minerales son sustancias fundamentales de este sistema.

Los antioxidantes son los encargados de prevenir o retardar el daño oxidativo; son sustancias que reaccionan químicamente contra los radicales libres, neutralizándolos y deteniendo la cadena de formación de más radicales. La mayoría de los antioxidantes se incorporan a través de la alimentación. Puedes encontrarlos en verduras, hortalizas,  legumbres, frutas y cereales integrales.

Vayamos a una clasificación sencilla. Existen dos clases de antioxidantes:

  1. Enzimáticos: forman la primera defensa que tiene el organismo para combatir a los RL. Ejemplos de enzimas antioxidantes son: catalasa, glutatión peroxidasa, superóxido dismutasa. Son sintetizadas dentro del organismo  y su acción depende de la presencia de minerales como el cobre, el magnesio, el zinc y el selenio (llamados metales antioxidantes).
  2. No enzimáticos: pertenecen a la segunda barrera de defensa. Son sustancias de diverso tipo que  tienen como función la captación de RL, es decir, atrapan RL porque les ceden un electrón, formando una pareja estable y deteniendo así el daño oxidativo. Más fácil: el antioxidante, al unirse al RL se modifica químicamente transformándose en un RL flojo o inactivo. Estos antioxidantes, a diferencia de los enzimáticos, deben ser reemplazados.  Algunos ejemplos:  ferritina, glutatión reducido, ácido úrico, Vit. A,  Vit. C, Vit. E, betacaroteno, omega 3 y 6, polifenoles (resveratrol), flavonoides, ubiquinonas (Q10), ciertos aminoácidos esenciales.  Como algunas de estas moléculas no son sintetizadas por el organismo, deben ser aportadas mediante la dieta.

Los beneficios de incorporar antioxidantes son:

  • refuerzo de la actividad antioxidante celular
  • protección de la integridad de los tejidos
  • prevención de enfermedades degenerativas: mejoran el sistema inmune especialmente en adultos de edad avanzada
  • Sugerencia: en caso de enfermedades crónicas hay que aumentar la ingesta de antioxidante naturales


Antioxidantes y piel

Los antioxidantes mantienen la salud de los tejidos. Puedes incorporarlos a través de la dieta y también aplicarlos directamente sobre la piel. Los laboratorios cosméticos ofrecen una amplia variedad de cremas, viales y mascarillas con vitaminas y oligoelementos. La presentación en cápsulas para uso tópico es una de las opciones más recomendables ya que evita la degradación del activo, preservando su integridad al momento de su aplicación.

Lo último en materia de antioxidantes es el resveratrol, que activa las sirtuinas (responsables de la regeneración celular) y aumenta la formación de colágeno.

En torno a los 40 años, muchas veces antes, la piel comienza a perder firmeza, hidratación, las finas arrugas se profundizan y las manchas se instalan. La combinación de tratamientos cosmetológicos en gabinete y la aplicación diaria de productos en casa es altamente beneficiosa si quieres prevenir o retrasar el envejecimiento cutáneo.

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Envejecimiento y piel

El envejecimiento, desde el punto de vista biológico, es un proceso lento e involutivo del organismo en su totalidad. Muchas de las modificaciones que van ocurriendo se expresan en la piel doblemente: en ella se reflejan los cambios que sufren los órganos internos y los que la propia piel produce como órgano que es.

Si bien existen muchas teorías que explican el envejecimiento (del entrecruzamiento, del desgaste, del error catastrófico,  de los radicales libres, genética, del marcapasos) muchos científicos opinan que el envejecimiento es el resultado  de fenómenos que actúan conjuntamente. Fenómenos internos y externos (radiaciones solares, contaminación ambiental, estrés laboral, mala alimentación) tienen su participación en este proceso involutivo.

Existe unanimidad en cuanto a la teoría de los radicales libres para explicar el envejecimiento cutáneo.  Los radicales libres se hallan en el tejido cutáneo sano en pequeñas cantidades como consecuencia del proceso de respiración celular que transforma o reduce el oxígeno molecular a agua. Cuando la cantidad de estos radicales es excesiva (estrés oxidativo), el proceso de envejecimiento cutáneo se acelera.

Si observas una piel envejecida notarás:

  • pérdida de elasticidad
  • flaccidez
  • resequedad
  • arrugas
  • manchas
  • aparición de estigmas seniles cutáneos de todo tipo

A continuación tienes una lista de las alteraciones fisiológicas y morfológicas que se producen en las diferentes capas de la piel:
en la epidermis

  • disminución del grosor
  • engrosamiento de la capa córnea
  • reducción de la capacidad de retención de agua (deshidratación)
  • ralentización de la reproducción celular
  • disminución y alteración de los melanocitos. Irregularidades en la pigmentación
  • disminución de las células de defensa (Langherhans)
  • aplanamiento de la unión dermo/epidérmica
  • acidificación del PH

en la dermis

  • atrofia celular
  • disminución de fibroblastos
  • formación de colágeno poco soluble y disminución de su poder hidratante
  • degradación y variación de la sustancia fundamental (proteoglicanos – glicoproteínas)
  • disminución del ácido hialurónico
  • degradación de las fibras elásticas
  • disminución de los mastocitos
  • disminución del calibre de los vasos sanguíneos y alteración de los mismos

en la hipodermis

  • atrofia generalizada (con predominio en rostro, dorso de manos y tobillos)
  • acentuación de pliegues, surcos y aparición de nuevos
  • tendencia a la hipotermia
  • menor protección mecánica
  • vasos sanguíneos visibles

otras modificaciones que se producen en la dermis de forma natural al involucionar son:

  • disminución de la respuesta nerviosa
  • disminución del número de glándulas sudoríparas
  • hiperplasia de las glándulas sebáceas
  • insuficiente producción de grasa (falta de lubricación)
  • disminución del número de folículos pilosos
  • aparición de pelo androgénico (en mujeres)

Como ya hemos visto, con el paso del tiempo empiezan a hacerse visibles en la piel los efectos nocivos de los radicales libres; ante esta realidad una acción positiva es  la prevención. Orienta tu vida hacia  una alimentación  rica en vitaminas y oligoelementos, libre de tabaco y alejada  del estrés. Cuida tu piel externamente principalmente con filtros solares y  mantenla humectada y nutrida con cosméticos con activos antioxidantes (el resveratrol es la última novedad en biocosmética).

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La piel en la menopausia

El climaterio es la fase transitoria de la vida de la mujer que se sitúa entre la etapa reproductiva y la no reproductiva y transcurre entre los 45 y 55 años. Los cambios  internos que se producen tienen proyecciones en la piel. Veamos juntas cuáles son y qué puedes hacer en lo que a cuidado estético se refiere.

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Como introducción al tema de menopausia y piel hagamos un repaso de los cambios fundamentales que suceden:

  • modificaciones funcionales: desaparición de los períodos menstruales y de la posibilidad de embarazo.
  • modificaciones fisiológicas:  disminución en la producción de estrógenos hasta cesar definitivamente.
  • Las mujeres podemos experimentar trastornos apenas perceptibles a muy marcados, como ser: oleadas de calor, aumento de peso, palpitaciones cardíacas, cefaleas, modificación cutánea, irritabilidad, angustia, ansiedad, depresión.

Estos cambios internos provocan modificaciones en la piel como sequedad y pérdida de espesor, elasticidad, tonicidad y flexibilidad.
El estrato córneo modifica su proporción de sebo y agua: la malla cutánea se torna seca porque las glándulas sebáceas decrecen su producción debido la baja de estrógenos. Además, los sofocos, con su calor, provocan vasodilatación a nivel cutáneo y propician la transpiración (pérdida de agua). El manto epicutáneo se modifica y se altera en su función de barrera protectora.
La dermis produce menos colágeno y retiene menos agua: baja la síntesis de colágeno, especialmente el de tipo 4, que es el responsable del espesor de la piel. Se ven afectadas la elasticidad y firmeza (que también está dada por la cantidad de agua en dermis y que como hemos dicho se va perdiendo).
Cada año, de media, la piel pierde un 2,1 % de la sustancia colagénica. Durante los cinco primeros años, puede perder hasta un 30% de su sustancia. El contorno facial se desdibuja porque la piel cede, la textura del cuello se modifica, las arrugas del contorno de  labios y ojos se profundizan.

Para acompañar estos cambios que experimentas  puedes realizar cuidados estéticos en casa y en el gabinete cosmetológico que ayudarán a equilibrar tu piel. Te recomiendo centrarte en la hidratación, en la nutrición y evitar el fotodaño (daños por radiación solar). Es importante elegir principios activos y vehículos específicos para esta etapa y evitar las cremas aceitosas ya que forman una película oclusiva en la superficie de la piel acumulando sudor e impidiéndole una buena respiración.
Para la higiene te sugiero utilizar una crema de limpieza (evita jabones porque pueden resecar y sensibilizar tu piel), exfolia tu piel con alguna crema con partículas abrasivas para remover las células muertas, afinar la malla cutánea y disimular las arrugas. También son muy efectivas las cremas con ácido glicólico para usar de noche, puesto que afinan y regeneran la piel. A la hora de tonificar una loción de colágeno resulta muy adecuada.
Para hidratar te sugiero lociones o sérums que pueden ser de plantas (hamamelis, aloe vera, manzanilla), ácido hialurónico, vitamina C, mascarillas de algas.
Para nutrir y dar firmeza son excelentes los principios activos como silicio (estimula la producción de colágeno), rosa mosqueta (regenerante, antirradicales), colágeno, elastina. Como consejo último te sugiero que no salgas a la calle sin protección solar. Evitarás así la aparición de nuevas manchas y arrugas y el resecamiento innecesario de la piel.

También puedes optar por técnicas no quirúrgicas que se realizan en gabinete cosmetológico o consultorio médico (depende del tipo de resultado que quieras lograr) que van desde superficiales a más profundos e intensos. Algunos de ellos son: peelings con ácido glicólico, frutales, málico, láctico (afinan y regeneran), microdermoabrasión con puntas de diamante (afina y empareja la tonalidad de la piel), mesoterapia (incorporación de activos en las células),  electrolifting químico ( micro corriente de baja intensidad que atenúa arrugas y líneas de expresión), oxigenogénesis (administración de oxígeno en las capas más profundas de la piel), luz pulsada (la luz actúa como un bisturí eliminando las manchas así como también estimula la síntesis de colágeno y elastina).

Existen variados tratamientos para devolverle a tu piel su equilibrio y la sensación de bienestar. Sólo es cuestión de encontrar el adecuado para tí.

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